Mientras la mayoría de nosotros hemos tenido que adaptarnos a una nueva rutina en casa, Mireia, fundadora de DeMellier, comparte con sinceridad cómo gestiona su tiempo durante el confinamiento en Londres: desde las interrupciones entrañables de sus hijas (que resultan ser excelentes fotógrafas internas), hasta sus métodos para mantener la calma en los días difíciles.

Con tres niños en casa todo el día, incluso con algo de ayuda, me siento más ocupada que nunca. Compartimos desayuno, almuerzo y cena juntos cada día, uno de esos pequeños momentos que atesoramos. Nos consideramos afortunados de que toda la familia goce de buena salud y ofrecemos apoyo a los vecinos que no. A las 9 a.m., me conecto con todo el equipo de DeMellier por videollamada; es un verdadero aliento verlos en estos tiempos difíciles, nos esforzamos por apoyarnos mutuamente y sacar lo mejor de la situación. Durante el día, múltiples llamadas se ven interrumpidas con cariño por mis hijas. Por la noche, la rutina es la de siempre: bañar a las niñas, leerles individualmente según sus intereses literarios, compartir cuentos nocturnos y acompañarlas hasta que se duermen. Entre las 9:30 y 10 p.m., reviso correos urgentes, veo las noticias —evitando hacerlo durante el día para no saturarme— y mi esposo y yo hemos instaurado la tradición de ver una serie de televisión entre semana, algo que antes reservábamos solo para los fines de semana, para dotar de un toque especial a cada jornada de confinamiento. Mis favoritas son Chernobyl y The Crown, que disfrutamos profundamente por las múltiples sutilezas de la historia del Reino Unido, un conocimiento que, al no haber crecido aquí, me era desconocido.

Durante los fines de semana, junto a las niñas, elaboramos una extensa lista de actividades que deseamos realizar: desde cocinar, pintar y bailar, hasta jugar a juegos de mesa y al fútbol en el jardín. Nunca he estado más agradecida de contar con un jardín, realmente. El columpio interior de £20 que adquirimos en Amazon se ha convertido en un favorito, especialmente en días lluviosos. También valoramos profundamente mantener el contacto regular con nuestras familias en Suecia y España.

Conciliar el confinamiento en casa con la gestión de un negocio me deja escasos momentos para mí. Cuando los encuentro, disfruto profundamente dedicar tiempo a explorar algunos de los magníficos libros de arquitectura y diseño que he adquirido en los últimos años y que aún no había leído. Entre mis favoritos actuales están “Studio Ko” de Rizzo, “Mies Van der Rohe - The Built Work” —mi arquitecto predilecto— y una excelente obra sobre la historia y el branding de Aesop, también de Rizzo. Además, me he suscrito a Rum, mi revista danesa de decoración preferida.

Adoro la pintura; encuentro el contacto de la pintura, el pincel y el lienzo increíblemente relajante, por lo que estoy creando una nueva obra durante este aislamiento.

También aprovecho para redecorar un poco la casa; pasamos tanto tiempo en interiores que deseo realmente sacarle el máximo partido. Estoy reorganizando algunos elementos y, finalmente, he recibido una estantería que diseñé y que estuvo en proceso durante seis meses, por lo que he estado ordenando todos nuestros libros.

No soy una persona muy deportista, me encanta esquiar pero ahora no hay posibilidad alguna, ya que nuestras vacaciones de Semana Santa fueron canceladas, como para la mayoría. También disfrutaba practicar deportes en familia en nuestro club local durante los fines de semana, pero ahora lo hemos sustituido por paseos en bicicleta junto al río, usando mascarillas y manteniendo la distancia de 2 metros, ya que en el Reino Unido aún se permite hacer ejercicio una vez al día, y bailes en el jardín coreografiados por mis hijas, ¡no puedo quejarme!

Me visto cada día; ahora siento que no estoy preparada para enfrentar la jornada si paso todo el día en pijama, algo que antes no me importaba. La mayoría de los días llevo pantalones cómodos con mis prendas de punto favoritas. El primer día de confinamiento pensé: "¿Es un desperdicio usar mis suéteres más elegantes estando en casa?" Sin embargo, vestirme con prendas que amo, como suéteres de cachemira de alta calidad, eleva mi ánimo. También aprovecho este tiempo para reflexionar sobre nuestras nuevas colecciones, las formas y colores de bolsos que serán más relevantes en los próximos meses.

No tengo la energía para arreglar mi cabello con la frecuencia de antes, por lo que suelo llevarlo recogido o con una gorra para ocultar el desorden, incluso cuando estamos en interiores. La foto en la que me ven leyendo un libro fue tomada este fin de semana por mi hija de 8 años, ¡una fotógrafa interna muy talentosa!